Como artista, parte importante de su proceso de trabajo consiste en observar y explorar como forma de acercarse y tomar distancia del mundo, de recorrerlo y adentrarse en esa búsqueda personal con la que intenta comprender el entramado de experiencias que conforman su propia geografía emocional. A través de un meticuloso proceso de recolección recupera pedazos de cosas, objetos y cuerpos que se articulan bajo un criterio de tensiones entre lo natural y lo artificial, el monumento y la ruina, permitiéndole explorar amplios territorios culturales en donde estos residuos actúan como fragmentos inútiles de algo o de alguien, conformando así un registro de los más diversos comportamientos sociales. Produce objetos plásticos de dimensiones, materialidades y abordajes conceptuales variables, que transitan lo efímero, se adecuan espacialmente y actúan como evidencia.